El pueblo está enclavado en las laderas del Sueve,un pequeño macizo montañoso en la zona centro-oriental asturiana,es una de las zonas con más encanto de todo el Principado,llena de bosques virgenes(no en vano hay uno de los mayores hayedos de Europa),pequeños pueblos y carreteras comarcales por las que se puede recorrer toda la comarca.Ceceda es uno de estos pequeños pueblos con encanto.
Salimos tarde,así que hasta allá fuimos por el camino directo,aprovechando todo lo que pudimos la autovía,para llegar antes de la hora de la comida.Una vez allí tuvimos suerte para aparcar,en todo el pueblo no se puede y la zona de aparcamiento estaba donde Cristo perdió la zapatilla,pero un lugareño nos señalo una zona habilitada para motos en la pista detrás de la iglesia.
Nos dimos una vuelta por el mercado,vimos lo que había que ver,vamos toda la troupe que se recorre media España emulando oficios tradicionales por este tipo de mercados,comimos y nos volvimos.
Yo tenía la idea de volver por el Fito,dando un gran rodeo,pero a mi novia le pareció demasiado,así que acorté un poco el recorrido,fuimos hasta Villamayor,y de ahí encaramos elSueve,pasando por Vallobal hasta Colunga,la carretera está bastante más limpia que la última vez que pasé,después de las inundaciones,pero sigue estando muy bacheada.De Colunga por la general llegamos a Villaviciosa,y como no paramos a tomar un café,y de ahí a casa,en Gijón.
No es que haya sido la expedición de Amundsen precisamente,pero es una buena manera de pasar un sábado,conociendo un poco más el terruño.Ciertamente desde que tengo moto estoy conociendo más Asturias.
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